martes, 14 de agosto de 2012

Cuentos de medianoche

Datos Generales
Título original: Cuentos de medianoche
Autor: Bram Stoker
Año: 2000
Ed.: El Club Diógenes. Valdemar.
Sinopsis: Aunque el nombre de Bram Stoker sea de sobra conocido entre los aficionados al terror (El entierro de las ratas y otros relatos de horror y La dama del sudario, editados en esta colección), a menudo se tiene del escritor irlandés una idea estereotipada de autor vampirizado por su creación: Drácula. Pero lo cierto es que su obra pone de manifiesto otros y muy variados registros literarios. Si Drácula fue el producto de sus sueños más turbios, los relatos reunidos en Cuentos de medianoche son los de un hombre afable, mordaz, dotado de un espléndido sentido del humor-una de las constantes más notables y menos señaladas de su trabajo-y que contemplaba la literatura no como una actividad confesional o catárquica, sino como un placer, el tan irlandés placer de contar y transmitir historias, cualquier tipo de historias, por el simple hecho de hacerlo. Por supuesto, el lector va a encontrar entre las páginas de este volumen desde un terrible instrumento de tortura hasta una vampira, un lobo sanguinario o una momia egipcia y otros horrores macabros; pero también piratas malayos, traviesos muchachos, maridos aparentemente ultrajados, granjeros deshauciados y agentes publicitarios en apuros. Cuentos de medianoche es un canto a la variedad estilística y temática de Bram Stoker, y también uno de los compendios de rarezas y curiosidades más completo publicado hasta la fecha en nuestro país.



Crítica
Poco se puede decir de este libro aparte de lo que nos explica el resumen. Cuentos de medianoche es sin duda uno de los recopilatorios más extraños y variopintos que he leído. A pesar de pertenecer todos al mismo autor, la temática de un relato no tiene nada que ver con la de otro. Stoker es un gran narrador, con una excelente habilidad para las descripciones, cualidad que podemos apreciar plenamente en narraciones como El sueño en el panteón o El espectro de la perdición. Algunos relatos resultan macabros, y hasta sádicos (Los duelistas, La squaw), mientras que otros tienen un claro trasfondo moral. Y luego están los inclasificables, como yo los llamo, que parecen haber sido redactados sin un propósito especial, más que el de dar rienda suelta a una idea surgida espontáneamente (El misterio de Shakespeare o Una estrella criminal).

Puntuación:

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