martes, 29 de enero de 2013

21 de Diciembre

Proyecto para Adictos a la Escritura de Enero de 2013



A Nerea no le preocupaba demasiado que el mundo pudiese acabarse aquel día. “No tiene sentido tener miedo” respondía cuando le preguntaban, “el miedo es una emoción útil a la hora de recordarnos que debemos escapar de algún peligro, pero cuando escapar es imposible, el miedo se vuelve absurdamente innecesario”. Si el mundo tenía que acabarse se acabaría, no había nada que ella pudiese hacer para evitarlo, así que no tenía sentido preocuparse.


A eso de las diez, cuando faltaba poco más de una hora  para el tan vaticinado momento, tuvo una idea : “si el mundo debe acabarse hoy, al menos que me pille leyendo”, de modo que cogió “Alicia en el País de las Maravillas”, se acomodó en el sofá, y empezó a leer.
Debió quedarse dormida, pues cuando abrió los ojos y miró su reloj de pulsera vio que eran las ocho de la mañana. “Jo, me he perdido el fin del mundo”, se dijo. Levantándose de un salto, corrió a la ventana  y al asomarse vio que, efectivamente, fuera no había mundo.

Las casas, las calles, el cielo… Todo se había desvanecido. Inexplicablemente, su casa seguía estando allí, si es que hablar de “allí” tenía algún sentido en aquellos momentos.
Fue recorriéndola habitación por habitación y comprobó que todo seguía igual que ayer, nada había cambiado. Pero al abrir la puerta principal, que daba a la calle, simplemente ya no había… Nada.
“Esto sí que es realmente curioso” dijo Nerea en voz alta, pues verdaderamente no había otro modo mejor de describir aquella situación.

Por un momento, consideró la posibilidad de salir a echar un vistazo, pero rápidamente desechó esa idea, porque era evidente que no se podía llegar a ningún lado yendo a Ninguna Parte.
“Lo bueno de todo esto” se dijo para animarse, “es que tengo una excusa inmejorable para no ir a trabajar”, así que se fue a la cocina, se sirvió un buen tazón de leche con cereales y encendió la radio, pero al constatar que no podía sintonizar ningún canal, cayó en la cuenta de que todas las emisoras debían de haberse esfumado. Lo mismo, dedujo, sucedería con la tele y el resto de aparatos eléctricos, y con el agua corriente.

Esto le planteaba un serio inconveniente. Podía vivir sin los lujos de la electricidad pero ¿qué hacer cuando ya no quedase agua que beber ni nada que comer?. No podía alimentarse solo de libros. Además, aun pasando por alto esos problemas… Lo cierto era que aquello de estar sola, sin nadie con quien hablar, a quien abrazar o con quien discutir se le antojaba bastante deprimente. Ya podía verse a sí misma, en un futuro inciertamente lejano, hablando con los muebles sobre lo bonita que se veía la Nada aquel día.

Después de pensarlo detenidamente, llegó a la conclusión de que solo había dos opciones: una era quedarse allí sentada hasta morir de aburrimiento e inanición; la otra era salir a la Nada, a ver qué pasaba. “Lo cierto es que sería interesante averiguarlo”, pensó.

De modo que, presa de un arrebato de curiosidad, se levantó, abrió la puerta principal y miró fijamente hacia la Nada.  ¿Qué ocurriría a continuación? ¿Se desvanecería  o iría a parar a algún sitio? ¿Quizá caería eternamente en aquel vacío?

 Decidió que lo mejor sería coger carrerilla, así que retrocedió unos pasos y, sin pensárselo dos veces, corrió hacia la puerta. Ya estaba a punto de cruzarla cuando, con un estremecimiento, abrió los ojos. La sensación era de haber hecho un largo viaje, pero lo cierto es que seguía sentada en el sofá. Miró el reloj y vio que eran las ocho. Levantándose de un salto corrió hacia la ventana y vio, sorprendida, que el mundo volvía a estar allí.

Las casas, las calles, el cielo… Todo había vuelto. ¿O quizá nunca se había ido? Al volver al sofá vio que el libro había resbalado hasta el suelo. Lo recogió, y observando el dibujo de su pequeña protagonista, dormida a los pies de un árbol, a punto de volver de aquel extraño País de las Maravillas, suspiró. “Ojalá” pensó, “hubiese tardado un poco más en despertarme. Me habría gustado ver que había en Ninguna Parte”.


Obra registrada:
Safe Creative #1301294449384

22 comentarios:

  1. Que pena que despertó tan pronto.

    Un saludo

    Rubenson

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  2. Una preciosidad, María, es un relato dulce como pocos. Mi enhorabuena.

    Besos.

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  3. Me gustó, sobre todo por sus disquisiciones filosóficas.

    Un saludo.

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  4. Muy lindo, sería fantástico tener sueños tan vívidos... felicitaciones...

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  5. Un relato narrado de una manera sencilla y muy bonita, como un sueño fantástico.
    Un saludo!!

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  6. Es llenar esa nada lo que nos impulsa a soñar.
    Muy bonito.
    Un saludo.

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  7. Es un relato precioso y has sabido perfectamente cómo crear esa atmósfera similar a la que nos encontramos en los libros de Alicia sin perder ni un ápice de tu originalidad y estilo. Felicidades, me ha gustado mucho :)

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  8. ¡Que mal que despertó tan pronto!
    Yo también quería saber que había en ninguna parte.

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  9. Hasta ahora este ha sido mi relato favorito, por el toque fantástico que le diste, además es como tierno. Me gusta la idea de Ninguna Parte como lugar.

    Saludos, te sigo.

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  10. Es sin duda mi relato preferido del proyecto. Me ha gustado mucho y con una nueva perspectiva del fin del mundo.
    Besos!! ^^

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  11. Fantastico, me ha encantado esa Nada, a mi tambien me hubiese gustado saber que esconde. Muy bien escrito. Beso

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  12. Wow, un fin del mundo con alicia :P
    Me hubiera gustado encontrar un conejo blanco en el relato jajaja
    Muy original.

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  13. que bonito, me ha encantado¡felicidades!

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  14. Positividad en estado puro, simplemente me encanta :)

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  15. Un relato sencillo y bonito, un placer su lectura.

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  16. Muy linda historia, y escribes muy lindo. Saludos.

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  17. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  18. María: Mis felicitaciones por tan buen relato.
    Nuestros sueños nos llevan a veces a mundo extraños, pero, cuando despertamos ¿estamos en la realidad? o ¿es el sueño el mundo real?
    Cariñosamente: Doña Ku

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  19. ¡Horribles sueños que se acaban antes de tiempo!
    Me encantaron muchos detalles de esta historia.

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  20. Me gustó mucho tu historia!,
    Me imaginé dando ese saltito que uno da al despertar de un sueño muy vívido!
    Felicitaciones!

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