Proyecto para Adictos a la Escritura de Febrero de 2013
Asalto
La mano de aquel hombre temblaba de forma
incontrolable. Con ella sostenía una pequeña pistola, todavía humeante.
Frente a él, en el suelo, sobre un charco de sangre, yacía una niña. En su
muñeca derecha llevaba atado un globo rojo, aunque el color palidecía en
comparación con el de la mancha que se extendía rápidamente sobre la acera. El
cachorro canela al que había sujetado con una cadena en la mano izquierda se
había soltado y ladraba asustado, lamiéndole la cara a su pequeña dueña, tratando
de despertarla. No sabía que la vida de la niña se escapaba por momentos. El
atracador aún seguía allí de pie, paralizado, sin poder creerse lo que había
hecho. Llevaba la cara cubierta por una máscara de payaso, de modo que la ancha
sonrisa pintada ocultaba su expresión de horror. Estaba demasiado nervioso por
ser su primer atraco y al salir del callejón para asaltar a su víctima, cuyos
pasos había oído acercándose inocentemente a su escondrijo, se le había
disparado el arma sin querer.