El capitán Miguel Ojo
Tuerto dio la orden: “¡Al abordaje!”Dicho y hecho, los bravos piratas
saltaron de sus puestos con gritos de guerra, sable en mano y cuchillo entre
los dientes. La tripulación del barco asaltado no se asustó al ver tan
amenazadora estampida. “¡Cañones a estribor!”, rugió la comandante Paula. Entre
varios sacaron de la bodega dos cestas repletas de munición y, a la orden de
disparar, una lluvia de proyectiles cayó sobre los desafortunados bucaneros
cuando estaban a punto de alcanzar su objetivo. Al ver a sus hombres caer como
moscas, Ojo Tuerto decidió ordenar la
retirada. Pero antes de que pudiese siquiera pronunciar una palabra, una voz
poderosa y autoritaria puso fin al combate de forma abrupta. “¡¿Pero qué es
esto?!” La madre de Miguel acababa de llegar de la compra y, desde el umbral de
la puerta, observaba atónita el desastre que habían organizado sus hijos. El
sofá había sido volcado y dispuesto a modo de fuerte, el suelo estaba
encharcado, y los niños iban armados con espadas de plástico y globos de agua.
Mi primera cita
Me sudaban las manos. Era lo único en lo que podía pensar
cuando él me rodeó los hombros con el brazo, la típica maniobra de ligue
utilizada en toooodas las películas. Era una sensación extraña. Una parte de mí
quería salir corriendo, y la otra rogaba que aquel momento no terminase jamás.
No podía evitar preguntarme qué estaría pensando. ¿Quizá en cómo dar el
siguiente paso? Y si él no se decidía a besarme, ¿me atrevería a hacerlo yo?
Estaba tan nerviosa que no sabía qué decir. Ni siquiera estaba segura de que
aquello fuese una cita. Pero si no lo era, ¿por qué me había pasado el brazo
por los hombros? Después de todo allí estábamos, acurrucaditos en el sofá,
compartiendo las palomitas... ¿Sentiría lo mismo por mí que yo por…?
“¡¡¡¡Goooooool!!!!” El cuenco de palomitas saltó por los aires y el romanticismo
se esfumó como por arte de magia.
¿Y si...?
Aquello no era tan malo como esperaba. La sala de espera era
agradable, había un bonito acuario con peces de colores, la recepcionista era
una joven amable y atractiva, y los sillones mucho más cómodos que los de su
casa. Ahora que estaba allí, no entendía por qué se había empeñado tanto en
aplazar su visita al dentista. No era para tanto, sólo tenían que hacerle una
pequeña endodoncia. Claro que estaba el riesgo de la anestesia… No sería el
primero que se quedaba hecho un vegetal porque a su médico se le fuera la mano.
Pero no, no debía pensar en eso. Esas cosas casi nunca ocurrían. Claro que,
casi nunca no es lo mismo que nunca. ¿Y si algo iba mal? Nunca se había puesto
en manos de aquel doctor… ¿Y si era un maníaco que aprovechaba para implantarle
un dispositivo de control mental, cómo había visto en aquella película? ¿Y si
calculaba mal y le perforaba…? ¿Y si…? Antes de que pudiese evitarlo, un torrente
de pensamientos catastróficos inundó su mente, amenazando con ahogarle. Sin
pensarlo dos veces, se levantó, murmuró una rápida excusa y salió de la clínica
como alma que lleva el diablo. En cuanto estuvo fuera se sitió mucho mejor.
Notó cómo la presión en el pecho desaparecía y se dio cuenta de que tenía
hambre. Ya pediría cita para otro día. De momento, lo mejor sería ir al cine y
olvidarse del dolor de muelas. ¿Habría por allí alguna tienda de dulces?
Obra registrada:
¡Me gusta mucho como escribes! Giras las historias de un modo especial y hace que te enganches a la lectura. De todos me quedo con el primero, que es el más tierno a su manera.
ResponderEliminarGracias por compartirlos. Besos
Por cierto, soy Loky, de lucero de la noche. Que he cambiado mi nick e imagen :) Besos
ResponderEliminarJa ja...eso de "goooolll" me suena, me suena :). Me han encantado los relatos, sobre todo el giro inesperado del encuentro amoroso.Ja ja...eso de "goooolll" me suena, me suena :). Saludos
ResponderEliminarMaría: Te felicito por que hiciste un poco más de esfuerzo y nos brindaste tres buenos relatos.
ResponderEliminarEs verdad, tú siempre le das un giro especial a tus historias.
¡Felicidades!: Doña Ku
Gracias a vosotras por vuestros comentarios, chicas :)
ResponderEliminarMe gustaron los tres, pero el que más fue el primero... Muy bueno!! Saludos
ResponderEliminarHola María;
ResponderEliminarMe han gustado mucho tus historias. Aunque, mi favorita ha sido ¡Piratas!. Me ha parecido muy divertida.
Felicidades por tu estupendo ejercicio. Escribes realmente bien.
Saludos, Willowgreen
¡Buenísimos los tres! Me has sacado la sonrisilla con los dos primeros. Tan solo diría que falta énfasis en la expresión de sorpresa de la madre.
ResponderEliminarBesos.
Me encantaron los tres!!!
ResponderEliminarEs raro, pero me identifiqué con todos.
Mis felicitaciones!!!!
Y espero que te guste la historia de tu título este mes.
Cariños
Catapzia =)
¡Hola! ¡Que maravillosas historias nos has regalado! ¡Son perfectas con el tema! Y entre las tres no se por cual decidirme como favorita porque todas me gustaron. El hombre para colmo es adicto a los dulces, como yo, y así nunca dejare de ir al dentista, jaja ¡Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, me alegra que te gusten :)
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