Proyecto para Adictos a la Escritura de Junio del 2012
Por suerte, la puerta no tardó ni medio minuto en
ceder y antes de darse cuenta ya estaba arriba escuchando por enésima vez las
instrucciones de Cristina.
-Acuérdate de parar al menos cada dos horas para que
estire las piernas y beba algo. ¡Y ni se te ocurra dejarla encerrada en la
cabina para ir a tomarte una caña!
-Tranquila, le dejaré la ventana un poco abierta
para que pueda respirar.
-¡Lo digo en serio!
-¡Por el amor del Cielo, Cris, no me hace falta un
manual, confía un poco en mi sentido común!
***
El enorme camión los esperaba en un descampado dos
calles más allá. Carlos cogió primero la pequeña mochila rosa y la lanzó detrás
del asiento del conductor. Después, con un esfuerzo no mucho mayor, levantó a
la niña del suelo y la depositó suavemente en el asiento del copiloto.
-La extraña pareja – dijo Miriam señalando
alternativamente la pequeña Virgen que
los observaba bondadosamente desde el salpicadero y la foto de la modelo
brasileña en topless que llevaba pegada en una esquina del parabrisas.
Maldiciéndose a sí mismo, Carlos se apresuró a
arrancar la foto y meterla en la guantera.
De no haber sido por Simón, probablemente jamás
hubiese accedido a llevar a una mocosa hasta la otra punta del país. Pero
tratándose de un colega de los pocos que consiguen ganarse el título de
incondicionales, no le había quedado más remedio.
La pequeña tardó menos de media hora en dormirse, lo
cual, pensó Carlos, no era de extrañar, pues apenas sí había amanecido cuando
llegaron a la autopista. “Los niños no están hechos para madrugar” sentenció
con una sonrisa.
El primer lugar en el que pararon fue un área de
descanso. Había un pequeño banco lleno de polvo y un teléfono para emergencias.
Carlos sacó una bolsa de cortezas y unas coca-colas y se sentaron a comer.
-¿Tienes ganas de ver a papá?- ella se encogió de
hombros.- Pues él se muere de ganas.
Creo que piensa llevarte al zoo.
-No me gusta el zoo, y él lo sabe. Los animales no
son felices allí. Seguro que es idea de “la otra”.
-¿Te refieres a tu madrastra?
-No me gusta-repuso la niña con cara de fastidio.
-Entre nosotros, a mí tampoco, pero no se lo digas a
nadie-dijo con un guiño y Miriam le devolvió la sonrisa.
***
Continuaron durante
varios kilómetros y pararon por segunda vez a descansar, esta vez en un bar de carretera.
-¿No crees que abusas un poco de ese pobre cacharro?
Miriam se quitó los auriculares y se metió el iPod
en el bolsillo.
-Es un regalo de mamá. Papá me regaló una bici.
Siempre compiten por hacerme el mejor regalo.
-¿Y quién ganó ese año?
-Mi abuela. Logró convencerles para que hicieran las
paces por un día y nos fuimos todos juntos a Port Aventura.
***
Anochecía cuando llegaron a las afueras del pueblo.
Carlos decidió parar a repostar, ya que a él aún le quedaban dos horas de viaje
hasta llegar a su destino. Después de llenar el tanque y pagar la gasolina,
tuvo una idea. Le dijo a Miriam que esperase y entró en la tienda. Al volver a
la cabina, le mostró a la niña lo que había adquirido: eran dos pulseras de
cuero idénticas, y cada una de ellas llevaba grabado el nombre de Miriam.
-Son para que se las regales a tus padres. Les
recordará que no vale la pena competir por algo que ya tienen.
La pequeña cogió las pulseras y se las quedó
mirando, sorprendida.
-¿Qué?¿No te gustan?
-Sí…-respondió ella. Y luego, mirándolo con
picardía- Es que ahora me arrepiento de haberle dado la razón a mi madre cuando
dijo que eras “un patán insensible, como tu padre”.
Oh, me ha encantado. La verdad es que es de los que más me gustan por el momento. Es tierno, real y creíble. A demás, se nota cierto avance en los personajes.
ResponderEliminarIncreíble las palabras del camionero.
Gracias por deleitarme con tus escritos.
Un beso: Lydia.
Gracias a ti por comentar :)
ResponderEliminarUn abrazo.
María: Gracias por tu sensibilidad, tu relato está muy apegado al conflicto por el que pasan muchos hijos al enfrentarse a la separación de sus padres.
ResponderEliminarLleno de ternura y calidad humana.
¡FELICIDADES!: Doña Ku
¡Gracias! :)
ResponderEliminarUn relato fresco, ameno y simpático. Me gustó mucho!
ResponderEliminarSaludos :)
Muy buena pareja, una historia muy enternecedora!!
ResponderEliminarPensar que en un principio el tipo dio con todo el perfil del camionero algo bruto y duro que nos ha dado Hollywood y resulta que tiene su corazoncito bien puesto.
Te quedó muy bien!! Espero que sigas participando con nosotros.
Besos!
Hola, que magnifico relato, me gustó muchisimo :)
ResponderEliminarQué bonito ^^
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